"Que hablen de mí, aunque sea bien"

miércoles, 19 de mayo de 2010

Camarero..!!


Al otro lado de la puerta, el mundo de los mayores no se detiene. Con sus crisis, sus paros, sus prevaricaciones y todas esas palabrotas que los niños no entendemos, el tiempo ejerce su dictadura implacable.
Tic, tac.
Tic, tac.

Aquí en el vestuario, el reloj ha puesto las agujas en punto muerto.
El 1 a 3 del marcador apenas se ve, porque ya no importa.
Una ducha mal apagada aún gotea por última vez, como negándose a poner fin a todo esto. Devolviendo el eco de los que cada tarde alteraban a “la loba de Shakira” con “cuatro paquetes de sal”.

Bajo los bancos un bote de champú vacío, un calcetín desparejado y una camiseta sin dueño.
Sobre los bancos el botiquín, las fichas y los recuerdos.
Muchos recuerdos.
Uno por percha.

En aquel amistoso tímido de Cornellá nos conocimos. Recelosos.

El Marca no lo nombró, pero todos vibramos con vuestro primer triunfo al Hristo.
En Vilanova presentasteis vuestra acreditación y ante Jabac, Vendrell y Odena lo dejasteis claro:

“Señores, somos un equipo”

Nadie os creyó, pero en el Prat inflasteis de orgullo el pecho.
Al otro lado de la línea de cal nos emocionasteis a todos.

El mundo de los mayores se os quiso echar encima, pero ahí abajo mandó la fe.
Cuanto más llovía, más remabais. Y contra el Vilanova disteis una lección.
Os licenciasteis.

Desde aquella mañana ese mundo de los mayores, el de la lógica y los resultados, es algo más justo.

Nadie os pidió autógrafos, pero firmasteis vuestros principios en Vendrell.
Calafell, Esparreguera y Vilafranca os vieron pasar de lejos.
Y en San Mauro quisisteis homenajear a vuestros incondicionales.
Cum laude.

Desde aquel amistoso en Cornellá han pasado muchos rondos y calentamientos. Muchos abrazos, y cucarachas. Muchas broncas y algún que otro gol.
Muchos “Te has quedado solo”, muchos “puchi puchi”.

Por todo eso, por los recuerdos que nadie nos podrá quitar, por esas cosas que no se pueden tocar pero que te ponen los pelos de punta, muchísimas gracias.

Desde fuera hemos intentado enseñaros a disfrutar de lo que hacíais. Que aprendierais a fallar.
Ganar en equipo. Perder en equipo.
Con vuestras duchas nos moríamos de risa.
Cuando vosotros llorábais por fuera, nosotros lo hacíamos por dentro.

Si habéis aprendido la mitad que nosotros, si habéis disfrutado una pequeña parte, todo eso habrá valido la pena.

No seréis los líderes, pero sois unos campeones.
No levantaréis ninguna champions, pero este año nos habéis ganado.
No jugaréis como el Barça, pero sois un grupo inigualable.
No seréis los más buenos, pero sois los mejores.

Con todo recogido, es hora de apagar las luces.
El mundo de los mayores espera ahí fuera. A lo lejos aún se oye el incesante goteo de la ducha.
Si me detengo a escuchar aún parece que quiera decir:

Camarero…!!

No olvidéis ese niño que hoy sois. No consintáis que os cambien nunca

miércoles, 12 de mayo de 2010

No estaba muerto



Perdón por el retraso, pero no estaba muerto.

Sólo que la luz de la patrulla nos cegó por completo.
La bandera de España en la puerta del conductor, el tricornio, el mostacho..
Ya se sabe. La benemérita siempre ha sido de símbolos.

Me encomendé a Luis Roldán, a las fuerzas y cuerpos de Seguridad del Estado y al de Pim, Pam, Toma Lacasitos!!

Cuanto más me acercaba al control, más me sudaban las manos.

Estábamos muertos.
Pero muertos de miedo, acojonaos.

Pasamos en primera, casi “de puntillas”.
Con esa cara de bueno que acostumbrábamos a poner de niños, cuando nos pillaban copiando en la escuela.

Al mirar por el retrovisor y ver que el del tricornio no nos decía nada recuperé el pulso.
Villa recuperó el color.

Veinte metros más adelante, el cartel de acampada nos indicó el camino.
En medio de la carretera, Dani y su sombrero de paja nos dieron la bienvenida.
A su lado, Rafa y un bombín rosa mezcla de Sabina y “hello kitty” nos lo confirmaron.

Estábamos en el Viñarock.

Después de seiscientos kilómetros a lomos de una cafetera Baleno.
Después de cinco peajes y un bocadillo de longaniza.
Después de varios amagos de infarto del coche, Villa y yo llegábamos a nuestro destino.
Parecía mentira pero ya estábamos todos.

Para quien no lo sepa, el Viñarock es un festival anual de música nacional celebrado en Albacete. Un punto de encuentro, un crisol de tradiciones.
Un foro de juventudes donde se acostumbran a realizar actividades culturales típicas de la piel de toro.

Fumar y beber.

Aquello es como si estuvieras en un Decathlon al aire libre.
Siendo precisos, en la zona de deportes de montaña patrocinada por Quechua.
Sólo que en el Decathlon hay comerciales y aquí, camellos.

Sobre la explanada de Villarobledo, sólo rigen dos normas:

1- Es tu deber gritar cuando pase el tren, sea la hora que sea
2- Es tu deber mear en la calle

Se recomienda llevar sombrero, pero no es obligatorio.
Si llevas un perro te dan entrada gratis. Si llevas un perro y una flauta, entrada y consumición.


La zona de acampada se convierte en un mercado de abastos.
Sólo que en vez de lechugas se venden cogollos. En lugar de champiñones, setas.
Y manteca, mucha manteca.
Manteca que no falte.

La primera vez que nos ofrecieron marihuana nos llamó la atención la osadía.
Cuando a lo lejos escuchamos a otro por megáfono ofreciendo pastillas nos hizo gracia.
Pero al ver una tienda de campaña con un cartel publicitario, tiramos una foto.

“HAY SETAS Y COCA”
Con dos huevos.

Estábamos muertos.
Pero muertos de risa.

Todo vale.
Y no sólo dentro del recinto la gente trata de sacar tajada.
En el pueblo, los lugareños tratan de hacer el Agosto vendiendo hasta a su suegra si algún punky la quiere.

El carnicero sustituye en sus cámaras los solomillos por litronas.
La librera calza con algún best seller la plancha de freir chistorras y lomo para que no cojee.
El boticario reparte de todo menos termalgines.
Lo dicho, todo vale.

El jueves no había conciertos, pero no pareció importarnos.
A pesar del largo viaje, nos fumamos entera la noche bailando lo que nos echaban y las ganas vencieron al sueño.
Es posible que el ron echara una mano.

“Picaporte…no es que yo me meta ni me importe”
Ya de día, Rosendo nos llevó a acostar.
De vuelta a las tiendas, Villa se empeñaba en despertar a los vecinos.
Dani y Rafa, en su salsa entre tanto perroflauta tal y como se puede observar en la foto.
Y yo mientras tanto, intentando memorizar todo para poder susurrarlo hoy.

A pesar de ser pleno día, nos costó encontrar nuestras tiendas con tanto Quechua.
Es posible que el ron entonces no ayudase tanto.
Pero una vez nos tumbamos en las colchonetas doblamos la oreja.

El tren de las ocho pasó, y los que aún estaban en vela se pusieron a berrear.
Nosotros no.

Estábamos muertos.
Muertos de sueño.

A las dos horas el sol se metía en la tienda y con sus nudillos en nuestras cabezas se empeñaba en despertarnos.

Las duchas no tenían nada que envidiar a los campos de concentración, pero nos supieron a gloria.
Sobrevivimos el Viernes a base de Boca bits, algo de carne, y fuet.
Alguna cerveza también cayó, qué coño.

Toma dieta, toma comida sana, y toma empeño en cenar calabacín cada día.
Toma ir a correr cada día y toma ensalada mixta de primero.

Ya en los conciertos, las medidas de seguridad eran muy estrictas.
Registraban, cacheaban…Se ponían realmente serios.
Sólo te dejaban pasar cuando se aseguraban de que llevas de todo en los bolsillos.
Y si no, te lo conseguían a un módico precio.

Los Suaves, Narco, Ojos de Brujo, Morodo…es posible que no los recuerde todos, más que nada porque tampoco recuerdo exactamente cómo alcanzamos a regresar una vez terminada la noche.

Villa aún mantiene que vimos a Medina Azahara, aunque todo apunta a que no eran ellos.
Aunque bueno, también insiste en que vimos a Queen…

El sábado seguimos la misma rutina. Nos duchamos en algo parecido a los baños de Ana Frank y esta vez incluimos algo de pasta en el menú degustación.
Sofrito mar y montaña de la mano de Rafa y Dani. Nouvelle cuisine
Eso si, la base, los Boca Bits y el fuet.

Entramos en calor con Kutxi, lo perreamos con Gatillazo y con Ska-P lo dimos todísimo.
Con Violadores del Verso movimos la cabeza y con Tonino Carotone, el dedo meñique.
Las raves alternativas nos sirvieron de excusa y nos quedamos en pie a quemar nuestra última noche.


Cuando la vergüenza nos pudo nos dejamos caer rendidos.

Estábamos muertos.
Reventados.

Con seiscientos kilómetros de vuelta en la misma cafetera, el Domingo se presentaba cuando menos desafiante.
La falta de sueño y ese eterno dolor de cabeza no parecían ser buenos compañeros de viaje.

Recogimos lo que pudimos y a las seis horas llegamos sanos y salvos a casa.
Se acabó.

Al marcharnos, un tren recorría las vías del pueblo.
Los supervivientes se desgañitaban.


Hoy se cumplen diez días de aquello. Rafa debe de estar teorizando con los creativos en Barcelona, Villa construyendo su sueño en Málaga y con Dani cuento para el Jueves en Viladecans.
Cada uno por su lado.
Pero aquellos cuatro días juntos fueron grandes.

Y nostros cuatro fuimos grandes.Fuimos eternos.
Por todo eso, mil gracias.

Y a los que no estuvisteis, lo dicho. Perdón por el retraso.
Pero como habéis visto, no estaba muerto.


Estaba de parranda.